Uno tiene días amargos, de andar a medias como si al levantarse dejara un brazo o un pulmón entre las sábanas. Luego, anda por las calles sin aire, con el absurdo de miradas inconclusas asediando toda la maldita mañana. Mientras tanto, el cerebro cianótico, a punto de estallar, pone las ideas en conserva con un... Continue Reading →

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